jueves, 23 de abril de 2015



 

EL BESO


Por la mañana, cuando se levanta,  Bruno es agradable, pero en cuanto la radio comienza a dar las horas… ya le empieza a cambiar el humor.

 Bruno tiene un defecto físico; es cojo y camina con un bastón con el que descarga su mal humor contra los jóvenes que le gastan bromas. Bruno quiere hacerse rico y casarse con la vendedora del súper a la que tiene loquita por lo bravo que es manejando el bastón.

También a él le gusta la dependienta – ¡es tan bonita!...

La furgoneta viene todos los días y la joven sale a recibirle mientras Bruno carga los bultos sobre su espalda. El jefe de la cadena comercial le tiene aprecio y le habla de un médico famoso que ha operado a toreros con mucho éxito.

 En poco tiempo le citan para operarse, habla con su amor “secreto” y la chica le promete que lo acompañará y esperará hasta que acabe la operación.

Efectivamente, así lo hace y lo visita a diario durante el tiempo que está hospitalizado. 

Libre de la cojera, su mal humor desaparece  y surge entre ellos un intenso amor. 

El jefe de la cadena comercial le pone como ejemplo de hombre trabajador y envía a sus superiores las mejores referencias de él. Al poco lo nombran  jefe de sección y anuncia su boda,  por supuesto sin bastón. 

Fue una boda multitudinaria, apenas cabía nadie más en la iglesia. Estaba la familia y por supuesto los numerosos amigos que había hecho en los últimos meses. Al salir, Bruno y la joven dependienta, ya su esposa, se fundieron en un envidiable beso que todos recuerdan.


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