martes, 2 de junio de 2015



 UN TIPO CURIOSO


Era algo bohemio y difícil de entender. 

Cuando su novia le dejó, a él le entraron unas ganas tremendas de ponerse a cantar, así que se metió en la ducha y se puso a cantar. 

A partir de ese día no dejó de cantar. Tenía hartos a todos con su tarareo, pero él continuaba. Hasta que un día el jefe le llamó: “Tenemos quejas sobre usted. No para de molestar con sus cancioncillas. "Es que estoy enfermo ", respondió. "Pues métase a la cama con un termómetro en la boca, a ver si se cura y deja de molestar", le dijo el jefe.

Le hizo caso, se fue a casa y se recogio en su cama con si fuera un niño pequeño: Todo inocencia. Nada que ver con el tipo raro, algo bohemio quizá, que solo sabía molestar.

Ana Mari


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